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Toribio, Cauca (Colombia). EFE/Archivo ¿Cómo formar para uso de la tecnología en estos escenarios? |
SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN, TECNOLOGÍAS DIGITALES Y EDUCACIÓN
MANUEL AREA MOREIRA
Los temas propuestos por Manuel Area Moreira, se relacionan con los aspectos positivos y negativos asociados con el uso de las tecnologías digitales en ámbitos escolares, los retos que deben asumir las instituciones para formar usuarios consientes y críticos.
Una de las características más complejas en el escenario social son las dinámicas relacionadas con el cambio, la tecnología aparece entonces como un factor que impulsa el desarrollo de nuevos procesos, son agentes sociales los que introducen esas innovaciones tecnológicas para modificar las formas de pensar de los individuos y de esta manera encontrar ese bienestar esperado, traducido en un mejor y mayor acceso a la información, niveles de comunicación global, inclusión en el medio económico, participación en nuevos escenarios sociales.
No obstante, las transformaciones asociadas con estas tecnologías no son el producto exclusivo de su presencia, se necesita un complejo escenario social que permita el desarrollo de tales cambios. Al respecto el autor nos dice: “Si no se dan las condiciones sociales propicias ciertos inventos tecnológicos no se generalizarán, y viceversa, ciertas tecnologías tienen tanto impacto sociocultural que condicionan el futuro desarrollo de esa sociedad.”(Area 2002: p.2).
Desde esa perspectiva, las tecnologías digitales no son el núcleo exclusivo de fenómenos sociales como la globalización, ni son estas las que han provocado por si solas transformaciones culturales de gran impacto, Moreira como herramienta analítica ha considerado cuatro discursos respecto a las formas de ver la acción de las tecnologías en la sociedad.
- · El discurso mercantilista ligado al concepto de compra y venta, posesiones y beneficios desarrolla un punto de vista relacionado con la felicidad sesgada por el control.
- · El discurso crítico-político que representa la mirada alternativa del sistema donde las tecnologías deben estar al servicio del ser humano y la cohesión social.
- · El discurso tecno-centrista donde se le atribuye a las tecnologías y sus artefactos el funcionamiento total de la civilización, siendo este el único camino para una mejor sociedad.
- · El discurso apocalíptico que profetiza el fin de los valores y de la sociedad, la tecnología aparece como un sistema totalitario de invasión y control.
La aproximación contempla la importancia que tienen en la actualidad el discurso de carácter económico, no obstante en este escenario de enajenación mercantil la escuela tiene el reto de modificar esta tendencia y formar actores con habilidades para usar las nuevas tecnologías, como una forma de resistencia a una visión unidimensional de la vida social. A su vez, debe propiciar dinámicas críticas de análisis y elaboración de información, como un elemento determinante en la toma conciencia frente a su rol como educando y sus perspectivas laborales, ya que la demanda social busca la formación de personas con habilidades en el campo de la informática y la comunicación.
Este propósito demanda un esfuerzo formativo desde todos los ámbitos, en el campo universitario la formación de docentes con capacidades de guiar y enseñar en un contexto virtual, en la escuela dotando a las y los estudiantes de los elementos y los sistemas necesarios para desarrollar aprendizajes. Sin embargo la preocupación por tratar de incorporar estas dinámicas en el sector educativo no ha considerado la realidad de los contextos desfavorecidos, y los procesos lentos de inmersión a las tecnologías, lugares donde se observa a distancia el desarrollo, sectores de "analfabetos informáticos" que son excluidos de servicios y beneficios.
En la actualidad algunas políticas tienen como objetivo acabar con esta brecha, entre pobreza y tecnología, con la idea de ofrecer artefactos sin cuestionarse al servicio de qué sociedad de la información funcionan. Algunos de estos esquemas políticos y administrativos no tienen en cuenta las características locales de las instituciones, por ejemplo los colegios que cuentan con precarias salas de informática, mal funcionamiento de internet, insuficiente capacitación de los docentes, y situaciones relacionadas a los difíciles contextos de algunas zonas rurales. En esta dirección más allá de la idealización de los preceptos políticos es importante establecer criterios de coherencia entre lo que se escribe en los planes educativos y los medios con los que en realidad cuentan las instituciones.
Las tecnologías digitales no deben participar en discursos deterministas, en los que estos sistemas y dispositivos aparecen como una panacea que soluciona todos los problemas, por ende, es necesario que las decisiones políticas que contemplen estas tecnologías tengan en cuenta las características de las localidades y regiones asociadas con complejos panoramas socioculturales.
La reflexión sobre esta temática me genera los siguientes cuestionamientos: ¿Cómo modificar el currículo para que integre las nuevas tecnologías, en beneficio de los educandos?, ¿Cómo fomentar la autonomía de los y las estudiantes frente a su proceso formativo?, ¿Cómo controlar el problema del manejo de la información, aprender a reconocer lo relevante de lo superfluo?
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